sábado, 7 de marzo de 2015

Demasiado enfermo para rezar.

Confundido lector, hoy desperté en una luna rota, abandonado en mi odisea como homero, borracho entre los dioses, pero demasiado enfermo como para rezar.

Me encantaría viajar a mis sueños, pues en ello el aburrimiento no amenaza con matarme, o por lo menos me conformaría con poder diferenciar cuando estoy dormido y cuando despierto, realmente, aquí entre nos lector, vivo tan alejado de Sergio que probablemente sea el último en enterarme de cuando haya muerto, no me encuentro en ese cielo que dicen es de todos, quizás porque soy los restos de nadie, me visto, trabajo y duermo, aunque se supone que no existo, y me siento a pensar en que no me molesta que me falte el dinero, pero me perturba estar condenado a vivir como un obrero, pues, aunque no lo creas, en cierto punto de mi vida tuve que caminar descalzo por falta de dinero para unos zapatos y fue horrendo ¿sabeis ese dicho que dice” Cuando te quejes por no tener para unos zapatos, recuerda que hay personas sin pies”? pues eso mierda, ya que en aquel momento hubiera preferido no tener pies, la riqueza no trae la felicidad pero joder, la pobreza menos, quiero tener un millón de dólares y gastarlo en regalos, pues, no quiero ser el típico señor feudal que no tiene ni un solo ser querido que subir en su carro nuevo, pero tampoco pretendo sonreír siendo solo un obrero, estoy en conflicto con las instituciones educacionales, pues ninguna carrera me ofrece la opción de estudiarme a mí mismo. Quiero llegar a anciano sin preocupaciones, para sentarme en el jardín a llorar y de una vez por todas dejarme morir de tristeza, y aunque a veces me esfuerzo por hacer que Valentina crezca como en un cuento de hadas, sé que el mundo se acaba y no le quedara nada, soportara el mismo dolor que no sé cómo soporte, se verá tan falsa frente al espejo, apenas se reconocerá, y llorara recordando a su hermano hablándole sobre la esperanza, encontrara el consuelo patético que yo le inculque: Ser lo suficientemente valiente como para mantener seguridad de tus dudas, o como vosotros le llamáis “Fé” Miserable serás hermana, como tu madre, y la madre de tu madre, pues para eso fuimos creados, creerás que eres libre aunque vivas para buscar la felicidad como un esclavo, consumirás drogas sin saber porque y pagaras el precio de un dolor que jamás buscaste, te derrumbaras tanto que no sabrás diferenciar cuáles son tus restos, la maldición de los jóvenes caerá sobre ti, que es ver a todos tus ídolos y seres amados fallecer, no sé cómo decir esto sin sonar agresivo, pero te esperare en el lugar donde se van los muertos, si es que hay algo después de la muerte y la religión no nos mintió, te amo, aprende a vivir con lo que yo no he podido soportar, apóyate en el arte, que así el infierno se amena, y sonríe, pues, hace instantes hermana, estaba llorando por algo que no merece la pena.

Cotidiana fiel

¿Dónde están los folios que me queman? Un barco hundido en la cuna de mi verbena canta la prosa de mi poesía de guerra, oh diosas, oh rameras, alabo todo lo que me sorprende, soy un extranjero de mi propio planeta, que observa rosas que crecen en las hermosas e inmaculadas praderas y es la puta flor que crece sin gracia entre las baldosas que estorba y dice cosas.

Encima de mí el sol, más arriba yo, sin voluntad entre vida y muerte, saboreo al espíritu demasiado deprisa, que escribe porque reside al títere, y porque nunca fue bueno con los pinceles, que ha sido nadie tantas veces y se siente extraño estando alegre, no encuentro que personalidad es la mía entre tantas cicatrices, ni que universidad estará dispuesta a adoptar mis delfines, ni que filosofía me define, solo sé que me voy haciendo menos, en alma y cuerpo, que quedó atrapado entre la aguja del hilo que teje los sueños, duermo y duermo mientras se acaba el dinero y despierto en un agujero ¿quién entenderá a este tonto hablando hebreo?

martes, 3 de marzo de 2015

Simple ecuación matemática.

Después de una corta (muy corta) reflexión, he llegado a la más obvia de las verdades universales, con la que románticos y existencialistas estarán de acuerdo, y ni Kant ni Hegel pensaran lo opuesto:
Vida es elemento negativo, y negativo más negativo es positivo

La vida después de la vida (negativo más negativo) es igual a muerte (positivo)
Simplificando: V+V=M/ V=M

Donde cada elemento al cambiar de lugar cambia de signo
M=V (Muerte positivo, pasa al otro lado negativo) Muerte es igual a vida

Entra a la ecuación un tercer elemento, Espíritu
M=V x E

Vida y espíritu pasan al otro lado dividiendo
V/E = M


La vida y es espíritu dividen a la muerte, cuando muerte se mantiene como factor positivo y vida negativo… Pero no os preocupéis, somos más que una simple ecuación matemática.

Verde profundo

Aun veo en tus ojos mis venas, abiertas y lacerantes
Aun sigue siendo suficiente la sombra de tu inocencia
Para mantenerme tibio,  volando lejos del sol
Y dormido a orillas de nuestro siglo
Tú, pura e inmaculado hasta los sueños
Yo, perfectamente corrompido hasta los huesos

Sigues penetrando tu cuchillo hasta lo más hondo del órgano de mis metáforas.