Confundido lector, hoy desperté en una luna rota, abandonado
en mi odisea como homero, borracho entre los dioses, pero demasiado enfermo
como para rezar.
Me encantaría viajar a mis sueños, pues en ello el
aburrimiento no amenaza con matarme, o por lo menos me conformaría con poder
diferenciar cuando estoy dormido y cuando despierto, realmente, aquí entre nos
lector, vivo tan alejado de Sergio que probablemente sea el último en enterarme
de cuando haya muerto, no me encuentro en ese cielo que dicen es de todos,
quizás porque soy los restos de nadie, me visto, trabajo y duermo, aunque se
supone que no existo, y me siento a pensar en que no me molesta que me falte el
dinero, pero me perturba estar condenado a vivir como un obrero, pues, aunque
no lo creas, en cierto punto de mi vida tuve que caminar descalzo por falta de
dinero para unos zapatos y fue horrendo ¿sabeis ese dicho que dice” Cuando te
quejes por no tener para unos zapatos, recuerda que hay personas sin pies”?
pues eso mierda, ya que en aquel momento hubiera preferido no tener pies, la
riqueza no trae la felicidad pero joder, la pobreza menos, quiero tener un
millón de dólares y gastarlo en regalos, pues, no quiero ser el típico señor
feudal que no tiene ni un solo ser querido que subir en su carro nuevo, pero
tampoco pretendo sonreír siendo solo un obrero, estoy en conflicto con las
instituciones educacionales, pues ninguna carrera me ofrece la opción de
estudiarme a mí mismo. Quiero llegar a anciano sin preocupaciones, para
sentarme en el jardín a llorar y de una vez por todas dejarme morir de
tristeza, y aunque a veces me esfuerzo por hacer que Valentina crezca como en
un cuento de hadas, sé que el mundo se acaba y no le quedara nada, soportara el
mismo dolor que no sé cómo soporte, se verá tan falsa frente al espejo, apenas
se reconocerá, y llorara recordando a su hermano hablándole sobre la esperanza,
encontrara el consuelo patético que yo le inculque: Ser lo suficientemente
valiente como para mantener seguridad de tus dudas, o como vosotros le llamáis
“Fé” Miserable serás hermana, como tu madre, y la madre de tu madre, pues para
eso fuimos creados, creerás que eres libre aunque vivas para buscar la
felicidad como un esclavo, consumirás drogas sin saber porque y pagaras el
precio de un dolor que jamás buscaste, te derrumbaras tanto que no sabrás
diferenciar cuáles son tus restos, la maldición de los jóvenes caerá sobre ti,
que es ver a todos tus ídolos y seres amados fallecer, no sé cómo decir esto
sin sonar agresivo, pero te esperare en el lugar donde se van los muertos, si
es que hay algo después de la muerte y la religión no nos mintió, te amo, aprende
a vivir con lo que yo no he podido soportar, apóyate en el arte, que así el
infierno se amena, y sonríe, pues, hace instantes hermana, estaba llorando por
algo que no merece la pena.