¿De qué me vale ser libre? Si despierto con los sueños
dormidos, el océano me aburre y mis muertes envejecen, subí a la luna para ver
el planeta desde afuera y vomite de vértigo, mis lágrimas llueven a secas sobre
esta ciudad, donde todos se insultan, donde todos se odian y nunca se detiene
el chirrido del ángel arrastrando su silla de ruedas, mientras, un millón de
ojos sin caras me observan hasta que pueda cantar el secreto que no se
expresar, tengo la paz de soledad que no es vida, solo enloquece, protégeme de
ser joven, de las jodiendas de muchachos que gritan de placer al cojerse y se
vanaglorian en su espejo de estupideces, y se drogan sin conocerse, y olvidan
mirar al cielo, abrázame fuerte, que no quiero ver como todo se vuelve un
recuerdo.
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