Escondido en mí sombra, siempre
muy de vez en cuando, cuando el reloj ya no es un objeto y se convierte en metáfora,
todo atraviesa una letal metamorfosis, lo huérfano empieza a tener madre y a el
alma la crecen piernas y camina, yo no quiero seguir escondido en mi sombra,
quiero escalar una montaña y hacer un libro que no mate ningún árbol, ser
eterno como el segundo que ya acabo, la tristeza enjaulada golpea tan fuerte
que los muros empiezan a caer en mi cerebro dañado solo suena Rubén Dario diciendo “Juventud divino
tesoro, ya te vas para no volver, cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro
sin querer” Mojo el pincel con la sangre de mi corazón para seguir escribiendo,
Sístole y Diástole se vuelven ángel y demonio sobre mis hombros, corto mis
venas y solo sangro lagrimas… entonces allí estaban, allí se escondían por eso
no salían, hoy muero sobre las palabras que aun no se escribían en el papel , mañana
quizás en la sala de un hospital o con una bala en el cráneo, bueno.. digamos
4, una por cada mujer que ame, menos amén y mas amen, menos gloria a un Dios
detestable y mas al desdeñado hombre miserable, que vive su miseria en la acera
de enfrente, repudiándose en el verdadero infierno de estar vivo, hoy me
deprimo por aquellos que jamás se deprimieron por alguien más, esos que tienen
fortuna y no son afortunados, espero que el espejo sea el último en morir.
Lindoooo
ResponderEliminar¡Gracias! :3
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